¡Ven,
acércate, que yo te aupo, lagartijilla!
¿Te
has mirado hoy al espejo? Sí, esa eres tú.
¿Te
das cuenta? Los bigotes sobrepasan tus orejas, las que mueves cada vez que
escuchas mi voz. Y esas patas que alzan tu cuerpecillo más de un palmo del
suelo y aportan, en cada movimiento, una elegancia de pasarela.
¿Qué
dices? Claro, tus ojos. Del color de la esmeralda.
Pero déjame decirte, que lo que más me gusta son tus morretes. Sobre todo cuando formas una o con ellos y ladeas tu cabecilla como si preguntaras, ¿es a mí?
Pero déjame decirte, que lo que más me gusta son tus morretes. Sobre todo cuando formas una o con ellos y ladeas tu cabecilla como si preguntaras, ¿es a mí?
¡Oh,
pequeña, toda tú me enloqueces!
No hay comentarios:
Publicar un comentario