Si
al menos me dieras una tregua. Si pudieras adaptarte a mí y no al contrario.
Si quisieras caminar conmigo y no cinco pasos por delante. Si fueras mi aliado
y no un enemigo incansable...Pero tú marcas el ritmo, el tuyo. ¡Maldito
tiempo!
Y es que cuando hay tanto que contar y mis dedos se mantienen en un estado de letargo continúo, me desespero. Supongo que lo único que me queda es insistir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario