martes, 22 de marzo de 2016

Todos los días son San Valentín



¿Enamorada? Por supuesto que sí.
De mi compañero de viaje al que algunos llaman vida. Porque son más de treinta años caminando de la mano con él. Porque compartimos proyectos, ilusiones y sueños juntos. Porque las dificultades son menores cuando te sientes querida. Porque respeta mis silencios, las miradas perdidas en mundos imaginarios y las prisas por anotar eso que me ronda en la cabeza desde hace días. Porque me consuela al verme con los ojos enrojecidos, el gesto contrariado o una mueca de dolor. Aunque sea por una tontería. Porque se presenta con un detalle que ha visto en una tienda y le ha recordado a mí. En cualquier fecha. Porque amar, se ama todos los días. En verano o en noviembre, un martes o un domingo.

¿Enamorada? Claro que sí.
De mi familia, los que están y los que se fueron. De “mis chicas” a las que adoro con locura. De las personas que te animan y te dan oportunidades que se convierten en momentos de ensueño, las que te llaman para preguntarte qué tal estás y cuándo nos vemos, las que siguen ahí a pesar del tiempo y la lejanía, las que te dan las gracias por lo que sea que te las den.

¿Enamorada? Y tanto que sí.
De los atardeceres en cualquier lugar, incluidos los que veo desde la ventana de mi habitación. Del olor a tierra mojada después de una tormenta de verano. Del aroma a romero, tomillo y lavanda que se desprende en un paseo por el campo. De los “bichos” voladores, acuáticos o terrestres. De los pueblos y sus gentes. De las noches estrelladas de verano y de luna llena. De los paisajes con arboledas o sin ellas. De los ríos y mares. De la música, la pintura y la escultura. De los libros, los acomodados en un sitio en la estantería y los que mantengo cerca de mí porque sin ellos... me pierdo. De las historias que escribo con tanto placer y que ya forman parte de mí.

¿Enamorada? Siempre.

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